¡Hola @fabri_luppus63! Muchísimas gracias por tu comentario, y descuida que, al menos yo, no noté esa agresividad que tú mencionas en tu crítica. Vamos, le escribes a un sujeto que prefiere quedarse soltero por el simple hecho que ni él mismo se aguanta su propio caracter.
A lo largo de todos los comentarios que me han hecho sobre este cuento, puedo llegar a la conclusión de que la gran mayoría coincide en dos aspectos: el primero de ellos se centra en la extensión del mismo, mientras que el segundo se enfoca en la basta descriptividad de los hechos. Revisando rápidamente mis otros comentarios, creo que olvidé remarcar, para justificar precisamente esa segunda circunstancia, que la convocatoria a la que mandé el relato pedía un rango entre 1000 y 5000 palabras, siendo ésta una limitante orientativa, mas no estricta.
Con respecto a la descriptividad y al abuso de adjetivos, creo que si se me excedí un poquitillo (debo admitirlo nuevamente). También debo admitir que dejé sin descripción cosas morbosas que si necesitaban más detalle (como las muertes arriba del barco). Es una recomendación que voy a tener en cuenta para posteriores trabajos, sin duda; no obstante, como ya lo comenté (no recuerdo a quién se lo dije, pero lo dije), detesto la simpleza narrativa, además de que mi estilo se basa más en el gótico tradicional, por lo que intento emular varias cosas de ahí (empezando por aquello de centrarme más en la atmósfera y en las largas descripciones). Para mí, es mucho más atractivo y complaciente un relato que no deja esos huecos… esa… molesta pauta a la libre interpretación que me mencionas, a uno que sí las deja (como La Dama del Sudario o el de Klosterheim, o La Máscara, por ejemplo, que son novelas muy descriptivas). La gran mayoría de la gente (ojo, no los incluyo a ustedes en esto que voy a decir; a ustedes los respeto mucho jajajaja…), la gran mayoría de la gente es tonta, y en ocasiones, interpreta cosas o encuentra significados que no están inmersos dentro del textos y que nada tienen que ver con la visión del autor.
Voy a recurrir a un rápido y claro ejemplo. La cosa no es literaria; pero, según su creador, al ser un producto orientado hacia las personas que gustan de la lectura, creo que calza perfectamente con el tema (incluso una de sus entregas está basada en los Mitos de Cthulhu). La saga de videojuegos Souls, específicamente Dark Souls (no sé si los has jugado), en su narrativa, deja al descubierto estos molestos “huecos” que propician a que la gente maquine ideas que nada tienen que ver con la trama principal, y es irritante enterarse de dichas interpretaciones ya que cada quien piensa lo que le da en gana, precisamente porque el argumento no está bien definido; y de nada le sirve a uno leerse los 4 o 5 párrafos de descripción de casi todos los objetos del juego, si de todas formas siguen existiendo esos agujeros por ahí.
En la literatura pasa lo mismo. Dices que, por ejemplo, Lovecraft abusaba de los adjetivos (y no recuerdo quién más me lo comentó, pero no fue aquí), cosa en parte cierta, pero sólo en unos cuantos de sus trabajos, sobre todo en los últimos. En los primeros (no en los que escribió en su adolescia, sino en los posteriores, en los intermedios que acentaron sus mitos), se puede advertir que Lovecraft dejaba mucho a la libre interpretación. Esto lleva incluso, a que bastante gente se crea que Cthulhu existe o que el Necronomicon sea un grimorio real; y diablos, me enojaría que dentro de 100 años la gente creyera que los Dioses Negros son reales (en el debido caso de que alguien encuentre mis cuentos diciendo que son geniales).
Creo que igualmente me faltó recalcar que la narración (vamos, esa cosa que hice ya no es un cuento), y la convocatoria a la que lo mandé como tal, están orientados más a cumplir los designios de una trama que englobe un ambiente siniestro, un cierto suspense, un aura de terror u otros elementos naturales o sobrenaturales que creen o remitan a una atmósfera de temor, y no necesariamente el puro misterio o la intriga. Es decir, el poco reconocido Género Fosco.
PD: No me molestaría que algún otro autor se decidiece a ampliar el Ciclo de La Sangre (si es que le podemos nombrar así y si esa fue tú sugerencia). Para ser honesto, este mundillo está abierto a un extenso bestiario ya que todos los monstruos fueron seres pre-humanos que habitaron otros planetas del universo hace miles de millones de años. ¿Me explico? Obviamente, al ser todos nosotros hispanos e hispanoamericanos, estaría bien que cada uno aportara alguna modificación de un ser mitológico de sus respectivas regiones, adaptándolo, por su puesto, a la causa. Nosotros sí poseemos una identidad y una cultura, y no tenemos la necesidad de estarnos robando cosas de las mitologías de otros lados (de la árabe, de la griega, de la egipcia… vaya, que cliché), como los malditos gringos. Eso sí, yo sí tengo previsto darle un fin al Ciclo… un cierre a la historia principal; ya que como lo comentó La Muerte en la novela de Macario: todo tiene su fin y su sitio.